Puente de la Nueva
Los puentes forman parte de un conjunto de tres puentes peatonales que cruzarán el Tajo en las inmediaciones del centro histórico de Toledo. Estos tres puentes, a su vez, están incluidos en un proyecto de mayor alcance que incluye actuaciones diversas, entre otras, la restauración ecológica de las márgenes del río, la rehabilitación de su patrimonio hidráulico, el diseño del paisaje de las orillas y la mejora y el trazado de sendas y caminos, todo ello, a lo largo de los treinta kilómetros de río comprendidos en el municipio de Toledo.
Los tres puentes vinculan su posición a las construcciones hidráulicas históricas existentes – molinos, azudes o restos de otros ‘ingenios’ –. De modo que el proyecto de los estribos incluye la restauración de estas infraestructuras valiosas y los puentes se sitúan en lugares con memoria. El encajonamiento del río en el cañón que forma el casco de Toledo hace que el nivel fijado para la ‘avenida de los 500 años’ se encuentra muy por encima de la lámina de agua del río en condiciones normales. Los puentes no pueden arrancar de la orilla del río, lo tienen que hacer más arriba, desde las laderas rocosas y escarpadas.
Estas restricciones y la voluntad de construir un puente con la menor presencia visual posible, nos condujo al tipo estructural de ‘banda-tesa’ que salva la luz de 132,5 m con un canto de solo 27 cm. Su estructura está formada por dos grupos de cables pos-tesados que ensartan y comprimen las piezas de hormigón prefabricado que conforman el tablero. Las cimentaciones de los estribos, generalmente muy complejas y exigentes en este tipo de estructuras, se resuelven con micro-pilotes y cables de anclaje que se benefician del nivel superficial de la roca franca de granito que forma el cañón del río. El carácter del puente se remite al entorno natural y la posición de los estribos ‘a media ladera’ conecta bien los caminos manteniendo la obra alejada de las delicadas orillas del río.