Plaza de la Pescadería
La propuesta para la nueva Plaza de La Pescadería del Puerto de Santa María pretende diseñar un vacío urbano que recupera la morfología e imagen original de un espacio público histórico que celebra la vida y el encuentro de la ciudadanía. Se trata de una propuesta necesaria para recobrar su identidad urbana perdida, que un día albergó uno de los espacios públicos más relevantes y representativos de la ciudad.
Uno de los activos fundamentales de la propuesta es la recuperación de la presencia del agua mediante un conjunto de actuaciones integradas: lúdicas y recreativas, en forma de juegos de agua; actuaciones con repercusión histórica y social, a través de la recuperación de su imagen representativa dentro de la plaza y la historia de su cauce; y actuaciones ambientales, proporcionando un refugio climático para los usuarios y mitigando el efecto de isla de calor en la ciudad.
Para recuperar el histórico y monumental espacio urbano que evoca uno de los momentos más brillantes de la historia de El Puerto de Santa María, se propone diseñar un vacío urbano que se consolida a través de sucesivas operaciones de “limpieza visual” que terminan devolviendo el esplendor original de la plaza como lugar de representación y encuentro para la ciudadanía.
La propuesta para la nueva Plaza de la Pescadería y la disposición de los diferentes elementos que la componen alberga varias lecturas. Por un lado, para devolver el esplendor de la fachada de la Lonja, se propone que una parte de la plaza se encuentre despejada de elementos y en la que los protagonistas sean los edificios heredados con gran valor patrimonial: la Lonja y el edificio de Aduanas.
Por otro lado, la parte de la plaza que se encuentra directamente relacionada con el antiguo Mesón de Bulé, proponemos que esté equipada para dar respuesta a las necesidades cotidianas de este nuevo y recuperado espacio público. De este modo albergaría una zona el arbolado, una zona estancial, así como la fuente y los juegos de agua. Por tanto, consideramos que son tres las estrategias fundamentales para que la ordenación de la plaza dé respuesta a su contexto inmediato: la vegetación, el agua, y la zona estancial.
Esta condición doble de la propuesta, articulada entre el “lleno” y el “vacío”, permite incorporar el arbolado existente al proyecto que contribuye a proporcionar no sólo un espacio representativo de encuentro en la zona despejada, sino zonas de sombra de descanso y ocio, que también contribuyen a ensalzar las construcciones magníficas y monumentales de la plaza.