Place D’Armes
La place d’Armes es, sobre todo, un gran espacio cívico, verde y urbano al tiempo. Es el corazón de Yverdon pero es también el gran foro cívico de l’agglomeration Yverdonnoise. Su belleza está contenida en su escala formidable, que es imprescindible mantener, y en los vínculos que establece con los paisajes del Jura que se atisban desde ella.
Una operación geométrica muy sencilla convierte el ‘Terrain de Jeux’ en una superficie sensiblemente cóncava, y así construye perspectivas paradójicas sin reducir su monumentalidad; construye lugares con vocaciones distintas sin perder unidad, incorpora de modo natural los paisajes rocosos del Jura en sus bordes que, a su vez, alojan las arquitecturas necesarias en la plaza; y los paisajes cubiertos con diversas praderas, algunas con flores silvestres, que pueden ser segadas de diferentes modos.
El resto, la ‘plataforme urbanie’, arbolada con plátanos podados como en otros lugares de Yverdon, es una superficie pavimentada que permite el mercado semanal y en la que el plano del suelo del centro histórico de Yverdon se extiende con naturalidad sobre la plaza. Este es un espacio activado que establece un fuerte contraste con el ‘terrain’, y, así, ambos se alimentan entre sí, reforzando sus valores visuales y ciudadanos.
La deformación geométrica y topográfica del ‘terrain de jeux’ permite ubicar bajo su alfombra verde, todos los usos requeridos, el acceso de vehículos y peatonal al aparcamiento y sus ventilaciones, el aparcamiento de motos y bicicletas, y el quiosco y los aseos públicos; sin añadir más objetos arquitectónicos a la plaza.
Un sistema de fuentes y juegos de agua sencillo permitirá que el agua tenga una presencia física concreta e intensa. Estos juegos de agua se plantean como suaves “hoyas” en cuyo punto más bajo, se encuentran unos juegos que reproducen las surgencias geológicas de los géiseres, de modo aleatorio y desconcertante.
El Terrain de Jeux refuerza la historia, manteniendo el valor del vacío existente en la place d’Armes. Es genérico y específico; disminuye la presencia de la arquitectura; con un gesto suave e intenso, moderado y delicado, se producen múltiples perspectivas; es sencillo y económico, permitiendo concentrar los esfuerzos formales y presupuestarios donde mayor visibilidad tienen; construye sus propios límites, pero también los de los espacios colindantes; puede cruzarse con facilidad y es totalmente accesible; enmarca las perspectivas monumentales de los edificios del Collège y el Téâtre Benno Besson; y, siendo completamente artificial y urbano, se remite fuertemente a los paisajes de las praderas del Jura.
Fernando Rodríguez; Pablo Oriol