Pasarela Klenzesteg
La exigencia de salvar todos los árboles existentes determina la posición del puente de Klenzesteg en las dos orillas del río Isar; ambas con laderas densamente arboladas, la izquierda en Glockenbachviertel fundamentalmente con grandes sauces y la derecha, en Au-Haidhausen, con tilos y fresnos. Sin embargo, sus dos márgenes son distintas. En la derecha, la Klenzesteg materializa el acceso a la orilla del Isar que en verano usan miles de ciudadanos y construye un lugar desde el que se divisan las torres de la Iglesia de Sankt Maximilian y el centro histórico de Munich. En la margen izquierda, el puente arranca entre los árboles que ocultan su estribo lanzándose rápidamente sobre el río.
El puente no tiene otros alardes técnicos que el cálculo y el diseño riguroso para optimizar su estructura y hacerla lo más esbelta posible. Se trata de un cajón con dos vigas de acero de canto variable que apoyan sobre pilas de hormigón armado con forma de ‘V’. Este cajón metálico está envuelto exteriormente con piezas de acero inoxidable pulido que harán la Klenzesteg a veces invisible, otras grisácea y en determinados momentos, luminosa y brillante. Este revestimiento reflectante tiene sus raíces en las arquitecturas barrocas de la ciudad de Munich que juegan con las perspectivas y los efectos cambiantes de la luz. El interior del puente está revestido de tablones de madera de color rojo profundo.
La traza levemente quebrada del puente, tanto en planta como en alzado, produce unos efectos visuales ricos para peatones y ciclistas; perspectivas acentuadas y trompe l’oeil y el contraste entre el exterior metálico y reflectante de apariencia indefinida y variable y el interior de madera roja hará memorable la experiencia de cruzar el Isar; y, al tiempo, el puente pasará casi desapercibido en el paisaje urbano.