Parque Central El Portillo
Se podría decir que el Parque Central es un ‘resto’ consecuencia de las circunstancias urbanas y políticas producidas desde el 2003, cuando cerró al tráfico ferroviario la ‘antigua estación del Portillo’. Lo son sus bordes y sus geometrías, que se ven afectadas por el trazado soterrado de la línea de ferrocarril, la estación de Cercanías y la urbanización construida en su entorno; por la forma y posición de los edificios de Correos y de la ‘antigua estación’, y su aparcamiento —que obedecen a una lógica urbana del pasado—; y por el CaixaForum. A estos hay que añadir las volumetrías dispares asignadas por las U.E.1 y la U.E.2, y las exigencias del intenso tráfico rodado del entorno. Uno de los objetivos principales del proyecto, por lo tanto, es transformar este lugar ‘desaliñado’ en un espacio ‘reconocible’ y con una identidad clara que ayude a mitigar el ‘ruido urbano’ y formal del ámbito. Para ganar claridad, el proyecto se segrega en un conjunto de bandas bien identificadas. De oeste a este, la primera es la acera oeste de la calle Escoriaza y Fabro, generosa y arbolada; al otro lado de su calzada, queda una franja también arbolada. La tercera es una banda equipada —digital y física— que concentra todas las actividades del Parque sobre una traza nítida sobre la losa de la cubierta del túnel —es un lugar dinámico, informado y activo para todos—. Más al este, en el área de forma triangular que queda en el centro del ámbito se sitúa el corazón del Parque, una zona verde bien arbolada trazada con una geometría robusta que permite cualquier irregularidad o excepción, y también otros proyectos posibles.
Estas cuatro franjas vinculan peatonalmente con naturalidad el ámbito urbano entre el norte, más allá de la plaza de la Ciudadanía, y el sur, hasta la avenida Francisco de Goya. Pero también se resuelve la ‘cicatriz urbana’ que ha producido este gran vacío en sus conexiones transversales este oeste, superando la condición del ‘enclave’ del ámbito Tres cruces diagonales enlazan la calle Escoriaza y Fabro, con el entorno del CaixaForum, el primero, el segundo con el paseo Josemaría Escrivá de Balaguer, en las inmediaciones de la ‘antigua Fundición Averly’, y más al sur, el tercero, lo hará cuando se desarrolle la U.E.2 con la prolongación de la calle General Mayandía.
El proyecto simplifica y mejora la propuesta del Anteproyecto en lo referente al sistema viario, tráfico rodado y ciclista. De este modo, los giros de los vehículos, los cruces peatonales y ciclistas, hacen más fluido el tráfico y se maximiza el espacio para los peatones en las aceras, especialmente la del lado oeste de la calle Escoriaza y Fabro, que se transforma en un ‘parque lineal’ arbolado y equipado con espacios estanciales generosos y una cierta diversidad espacial que fomenta los encuentros entre los ciudadanos y pone en valor el edificio del Hotel Orús.
El sistema que propone este proyecto con su adosamiento de bandas específicas de geometría elemental y flexible, permite una adaptación fácil a la temporalidad de la U.E.2. Es decir, se completará con continuidad cuando se ejecute la U.E.2, pero también está completo en su condición provisional, mientras tanto. Además, incorpora sin estridencias las preexistencias, en particular la urbanización del entorno de la estación de Cercanías y la continuidad con la del entorno del CaixaForum.