Viviendas Santa Rufina
El proyecto propone un objeto urbano nítido a través de cierta abstracción y sin renunciar a su contenido doméstico. La organización en planta, alrededor de un anillo de elementos de servicio y un patio central asociado a las escaleras, mejora las condiciones de ventilación de las viviendas y permite el máximo aprovechamiento del perímetro de la fachada. La planta diáfana situada sobre el zócalo comercial y de oficinas, concebida como una suerte de planta baja elevada respecto a las calles, contiene un conjunto de usos comunes, normalmente difíciles de implantar en tejidos urbanos densos, que mejoran el valor de las viviendas a las que sirve.
Sobre un soporte geométrico preciso se ha compuesto un rompecabezas complejo y muy ajustado de oficinas, locales comerciales y aparcamientos, y de viviendas, en el que todas ellas ofrecen una organización clara y configuran un espacio confortable para vivir. Las salas de estar de las viviendas más grandes ocupan las esquinas, proyectándose a través de grandes ventanales sobre las terrazas, que tienen un tamaño generoso y se comportan como una habitación al aire libre que permite una cena familiar o un rato de lectura al aire libre. Los huecos, protegidos con celosías replegables, garantizan una adecuada regulación de la exposición al clima de los espacios interiores de la vivienda en los distintos momentos del año. Las cocinas se han tratado como espacios integrados visual y funcionalmente a las salas de estar y las terrazas, proponiendo una forma de vida abierta y contemporánea. El proyecto trata de transformar en una obra de arquitectura valiosa, una ‘promoción comercial’ de programa mixto, que como otras muchas pretende ofrecer un proyecto ‘diferenciado’, pero empleando las mismas reglas métricas y espaciales de lo convencional que admiten, generalmente, poco riesgo e innovación.